José Héctor Moreno Jiménez
seguir aportando al proceso diocesano que ha buscado dar respuestas a los problemas sociales
José Héctor Moreno Jiménez
Mi nombre es José Héctor Moreno Jiménez, sacerdote de la diócesis de Cd. Guzmán Jalisco. Nací en Guadalajara, Jalisco el día 4 de noviembre de 1989.
Vivo con alegría mi ministerio presbiteral en la parroquia de San Antonio de Padua en Tapalpa, Jalisco desde hace ya más de un año y medio.
Mi búsqueda vocacional es un camino y un proceso largo. Puedo decir que mi llamado vocacional lo inicie desde niño. Mi bisabuela Epigmenia Avalos siempre me inculco el amor a la eucaristía, el rezo del santo rosario y al devoción a la Virgen de Guadalupe y san Sebastián patrono de mi parroquia. Desde pequeño me llamaba mucho la atención la imagen del sacerdote e incluso jugaba a ser sacerdote.
A la muerte de mi bisabuela fue mi abuela Pascuala Jiménez quien me siguió inculcando y transmitiendo la fe. Ella me enseñaba rezos y oraciones para la hora de levantarme y acostarme. Recuerdo perfectamente que mi abuela participaba en los grupos de reflexión bíblica donde yo aprendí a escuchar, reflexionar y proclamar la Palabra de Dios. Esta experiencia de fe que recibe en el seno de mi familia puso las bases para que descubriera en un futuro mi vocación. Siendo joven participe en la pastoral juvenil en los grupos de reflexión y la eucaristía cada ocho días.
Fue hasta que casi iba a culminar la preparatoria cuando el párroco de mi parroquia Juan Manuel Salcedo me invito por primera vez a participar en un preseminario. En un ambiente de oración, encuentro, adoración y convivencia descubrí la alegría de participar en los encuentros. Al participar en el preseminario mi vida cambio, aunque ya tenía planes para entrar a la universidad me decidí a renunciar a este primer proyecto y entrar al Seminario.
Entre al seminario con muchas ganas y alegría, dando lo mejor de mí. Pienso que lo que me costó más fue dejar a mi familia, pues siempre había estado cerca de mi pequeña familia. Mi familia tardó tiempo para aceptar mi decisión pero siempre tuve el apoyo de ellos.
Tengo año y medio de ordenado como sacerdote y vivo con alegría y entrega mi ministerio cada día.
La comunidad de Techaluta a pesar de que es pequeña, es una comunidad viva en la cuestión pastoral. El trabajo en los barrios está vivo con diferentes servicios y ministerios que se tienen y algunos que se están promoviendo. Hay trabajo en la catequesis de iniciación cristiana post-bautismal, pre-sacramentales, ministros de la comunión, coordinadores de barrio, celebradores de la palabra, candidatos al diaconado permanente etc.
Techaluta tiene aproximadamente 3 mil habitantes y no es comunidad indígena. Techaluta es el municipio más pequeño del Estado de Jalisco. El nivel económico del pueblo es medio bajo, ya no cuenta con muchas fuentes de trabajo. Las familias del pueblo tienen que salir a otros municipios cercanos a trabajar en las diferentes empresas.
Dentro de mi experiencia en el trabajo pastoral siempre he procurado promover la pastoral social, no solo en su nivel de asistencia sino de promoción y transformación de la realidad. Actualmente en la parroquia que vivo mi ministerio atiendo 11 comunidades rurales y los 14 barrios del pueblo de Tapalpa: celebrando la eucaristía, los sacramentos y con una mayor atención en la animación, formación y capacitación de los laicos en la tarea de la evangelización.
Participo a nivel diocesano en el equipo de Comunidades Eclesiales de base, Diaconado permanente, pastoral social, pastoral juvenil y en la comisión de la elaboración del plan diocesano.
En la pastoral juvenil estoy en un proyecto de agentes de escucha. Se busca escuchar, conocer y contemplar la realidad de los jóvenes para poder atender a sus necesidades. Este proyecto tiene la participación de aproximadamente 50 jóvenes que son los sujetos de este proyecto.
En la pastoral social estoy en un proyecto de la promoción de la economía solidaria a través de cooperativas para el cambio. En la actualidad acompañó 6 cooperativas de ahorro y crédito y una de producción. La finalidad de este proyecto es poner en común lo que se tiene y al servicio de los demás. Son aproximadamente 100 personas las que participan en este proyecto. Las cooperativas son sujetos de su propio caminar. Esta experiencia ha ayudado a mejor la economía de las familias y la calidad de vida.
Confió que en mí regreso después del estudio podré seguir aportando a la pastoral social y animar otras áreas de esta dimensión: salud, ecología, derechos humanos etc.
Cuando el Obispo me hizo la propuesta de ir a estudiar me sorprendió porque no esperaba esa encomienda. Lo que más me sorprendió fue lo que voy a estudiar es algo que me gusta realizar con mucha entrega y valentía. Espero ir a formarme mejor en la Doctrina Social de la Iglesia, porque es algo que me interesa y regresar para seguir aportando al proceso diocesano que ha buscado dar respuestas a los problemas sociales. Hay muchas realidades que nos están desafiando como Iglesia por eso quiero formarme para responder a los desafíos que la realidad y la misión nos plantean en nuestra Diócesis y en el país.